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lunes, 25 de julio de 2011

Capítulo 4: Tiempo de sobra.

Fuimos rápidamente a abrir la puerta. Cuando vimos quién era Érica se puso roja. Era Robert y traía un ramo de rosas rojas con una carta. Daniela se ilusionó muchísimo, pues creía que eran para ella. Pero se dio cuenta de que él se las daba a Érica.
Dana quedó asombrada, ¡no podía creerlo!
Érica: Gracias pero...¿a qué viene esto?
Rob: ¿Podemos hablar y te lo explico?
Érica: Vale, vamos a mi habitación. Dana, dile a Lorena que ahora bajo a cenar.
Dana: Vale...
Subieron las escaleras mientras Daniela iba a la cocina. Cuando llegaron a la habitación se sentaron en las camas de agua.
Rob: ¡Ala, qué cómoda! Siempre he querido tener una de estas. Pero bueno, a lo que íbamos... Te he traído esto para pedirte perdón. No creía que te lo fueras a tomar así.
Érica: Ya, pero si querías irte, ¿por qué no me lo dijiste en vez de irte sin avisar?
Rob: Porque no quería irme, solo que creía que no ibais a volver...
Érica: ¿De verdad?
Rob: Claro, ¿cómo iba yo a hacerle eso a la chica más simpática que conozco?
Érica: Tú también eres muy simpático, ¿quieres quedarte a cenar?
Rob: em... no, gracias, me tengo que ir.
Él se acercó para besarla, pero Érica se apartó.
Rob: ¿Qué... qué pasa, es que no te gusto?
Érica: Sí, Robert, pero nos hemos conocido hoy y necesitamos conocernos más, no vayas tan deprisa, hay tiempo, además yo tengo que hablar con una persona sobre esto...
Rob: Está bien... Me voy, adiós.
Se acercó y la dio un beso en la mejilla. Érica se puso roja y bajó a la cocina.
Lorena: ¡Vamos, a cenar!
Érica y Daniela: ¿Qué toca hoy?
Lorena: Chuleta de aguja y tortilla de patatas.
Daniela: Oye, ¿qué ha pasado?
Érica: Cuando subamos a la cama te lo cuento.
Cuando terminamos de cenar, subimos a nuestro cuarto, nos pusimos los pijamas, nos lavamos los dientes, hicimos algunas fotos y nos tumbamos en las camas.
Dana: Venga, ahora cuéntamelo.
Érica le contó todo lo que había pasado.
Dana: Érica, se que crees que me jode y así es, pero sé que ese chico te gusta bastante así que no te preocupes por mí, que pase lo que pase siempre juntas.
Érica: ¿Seguro?
Dana: Sí, seguro.
Érica: ¡Ohh, te quiero!
Nos quedamos abrazadas unos segundos y después apagamos las luces y nos fuimos a dormir.
¡Ring, ring, ring! Sonó el despertador, eran las 7:30. Alba estaba llamando a la puerta.
Alba: Buenos días, ¿puedo pasar?
Érica y Dana: Sí, pasa, nosotras bajamos a desayunar.
Bajamos corriendo a la cocina, encima de la mesa estaban nuestros cereales favoritos, eran unos redondos de chocolate y frambuesa.
Comimos rápido, nos cambiamos, cogimos nuestras cosas y salimos. Fernando nos esperaba como de costumbre.
Fer: ¡Subid!
Subimos a la limusina (ya la habían arreglado). Tardamos un cuarto de hora en llegar. Bajamos, cogimos las mochilas...
Érica y Dana: Hasta luego, Fer.
Fer: Adiós, chicas.
Fuimos corriendo a clase, llegabamos tarde. Cuando entramos... ¿a qué no sabéis con que cara nos encontramos?

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