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jueves, 1 de septiembre de 2011

Capítulo 44: No siento.

Sentí como si alguien me observara y así era, era ella. Había abierto los ojos y sonreía.
-¡ERICA! ¿Cómo te encuentras?
-Estoy... viva-contestó con una gran sonrisa-.
Pero observé como rápidamente esa sonrisa enorme se le borró de la cara y esta se convirtió en lágrimas.
-¿Qué te pasa, te duele?
-Ojalá...
-¿Por qué dices eso?
-Porque yo n... no... no siento las piernas...
En ese momento me quedé paralizada.
~~~~~~~~Narra Erica~~~~~~~~~
Le pedí a Rose que fuera a buscar a un médico. En unos instantes ya estaba en mi habitación.
-Bienvenida de nuevo-sonrió-jovencita, debes saber que ha sido un milagro que hayas despertado, era casi imposible. Se nota que eres fuerte, no deberías de llorar, sino estar contenta por...
Rose le cortó.
-Verá, dice que no siente las piernas-añadió Rose-.
Al doctor también se le cambió la cara instantáneamente. Yo seguía llorando, él le dijo a Rose que saliera para que me pudiera hacer un chequeo rápido.
Estuvo como media hora inspeccionandome hasta que me dio la noticia: que no podré caminar, estaré en una silla de ruedas y que ya le parecía raro que haya salido del coma sin daño alguno.
Para eso prefería morirme...
Rose entró de nuevo y le conté todo, ella también estaba hecha polvo.
-Oye, ¿y los demás?-la pregunté-.
-Están en el hospital de nuevo, han venido a ver a...
-Rob, ¿no?
-La verdad es que no...
-¿Entonces?
-Han venido a ver a Jake.
-¿Qué? ¿Cómo que Jake? Coge una asquerosa silla de ruedas y por favor llévame a verle.
Me montó en esa silla con ruedas que había delante de la puerta...
-Y bueno, ¿por qué está en el hospital?
-Verás, con todo lo que te ha pasado y lo que decían los médicos, él estaba destrozado. Le convencimos para que se fuera a duchar, comer y descansar un poco después de haber pasado un día entero aquí contigo. Chris fue con él, pero mientras estaba en la ducha hizo una locura y cuando bajó se lo encontró tirado en el suelo. Se ha intentado suicidar a base de pastillas.
-No puedo creer que haya hecho eso... Pfff, le necesito y yo como una imbécil le he dejado. Quiero decirle todo, he encontrado la llave del colgante de Rob, se acabó el amor hacia él.
Llegue a su habitación y entramos. Le ví ahí en la cama, dormido, estaba tan guapo... Las lágrimas no podían parar de salir, miles quizás millones de lágrimas caían. Me acerqué a él.
Apoyé mi cabeza en su pecho, sentía sus latidos y noté como su brazo se movió hasta rodear mi cintura. Se despertó.
Le abracé muy fuerte por mucho que me dolieran las heridas y le susurré al oído "Lo siento". Y es como pensais, nos besamos.
Le pedí perdón por todo y le conté que todo lo de Rob había acabado, que ahora y siempre para mi es y será él, solo él.

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