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viernes, 2 de septiembre de 2011

Capítulo 46: Valerme sola.

Hacía mucho tiempo que no le veía, le echaba tantísimo de menos. Sí, era mi padre.
-Erica, ¿me puedes explicar que haces en silla de ruedas?
-Pues verás papá, te acuerdas de Rob, ¿no? Bueno, pues me regaló un candado y me dijo que cuando encontrara la llave significaría que ya no le quería. Y bueno, me dijo que me iba a llevar a dar una vuelta en coche para decirme una cosa. Y cuando le iba a dar las gafas de sol, encontré la llave, él no quería que abriera el candado e intentó quitármela. Perdió el control del coche y nos estrellamos contra algo, estuve casi una semana en coma y cuando desperté por milagro no sentía ni podía mover las piernas...
Al volver a recordar eso, volví a llorar, mi padre me abrazó.
-Bueno papá, voy a prepararte la habitación.
-¿Por qué no le dices a Alba que lo haga? No te veo en condiciones...
-No, lo haré yo, tengo que empezar a valerme por mí misma sin miedo. Estoy preparada.
-Como quieras cariño.
Subí por el ascensor hasta la tercera planta, la planta de mis padres. Está hecha para ellos, cuando vengan y eso...
La habitación estaba hecha un asco. Cogí la escoba y la fregona y poco a poco termine toda la planta, tardé bastante pero lo hice.
Después cogí las sábanas más bonitas que encontré e hice la cama. Limpié el polvo y puse todo en su sitio. Quedó todo precioso.
A mi padre también le gustó.
Les dije a todos los empleados excepto al jardinero que se tomaran un descanso. Papá se sentó en el taburete de la "barra de bar" que había en la cocina.
Mientras él me contaba cosas, novedades, como le va y eso yo preparaba su plato favorito, macarrones con queso. Y como no también su bebida favorita, zumo de naranja recién exprimido.
Una comida de lo más normal. Se pensaba quedar una semana conmigo. Quiso llamar a mamá pero le convencí de que no lo hiciera para que no se preocupase más.
Volvió a sonar el timbre.
-Yo abro-grité-.
Fui a ver quién era esta vez, para mi sorpresa era John.
-Cielo, ¿quién es?-gritó papá desde la cocina-.
-Nadie, salgo un minuto.
Salí de casa.
-¿Poniéndole los cuernos a Jake?
-¿Eso piensas?
-Te veo capaz.
-Pues es mi padre, retrasado.
A John se le puso cara de "la he cagado" y a la vez de sorpresa.
-¿A qué has venido?
-A decirte que lo que le has hecho a Rob está fatal.
-¿Qué? ¿Me explicas qué le he hecho yo a él?
-Le has partido el corazón.
-Perdona, pero no voy a estar con él cuando no le quiero, eso sí estaría fatal y él mismo me dijo que cuando encontrara la llave del candado se acabó todo.
-Pero él te quiere.
-Pero yo a él no y después de lo que me ha hecho mucho menos.
-No te ha hecho nada...
-¿No? ¿Dejarme en esta jodida silla de ruedas te parece nada?

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